Recuerdo de familia sobre la revolución mexicana desde el Pueblo
La Revolución Mexicana, Francisco
“Pancho” Villa
La primera, contaba que cuando
el general Francisco Villa venía de Chihuahua hacia la Ciudad de México,
en el pueblo se comentaba que por ahí estaba el centauro del norte, y que la
bola (así se le decía a la Revolución) pasaría cerca, su abuelo había nacido en
1900, así que tendría unos 14 años, cuando Villa bajó en el tren en
Cuautitlán a sus dorados, su abuelo dejo el pueblo Y se dirigió a encontrar a Villa
en busca de las aventuras de la vida, convenció algunos compañeros jóvenes del
pueblo que lo acompañarán y se fueron de dorados, al llegar al campamento de Villa
en la noche trató de acercarse para conocer al famoso general, pero su tienda
estaba cuidada por sus más fieles soldados y fue detenido por un tal General
Rodolfo Fierro, apodado el carnicero de Villa, qué le dijo y tú a
dónde, a lo que él contestó con seguridad.
-a ponerme a las órdenes de la
general Villa, somos voluntarios de Jilotepec.
-y dónde demonios está ese
pueblo le contestó el malvado Fierro
-mejor aléjate mi general Villa
está ocupado y no recibe a escuincles
En eso se acercaron Juan, y
Joaquin Vargas, de la guardia personal del General Villa, acompañados
de del general Tomás Urbina que le indicaban a Fierro
-deja que mi general decida qué
hacer con este “guerquillo”
en eso estaban, su abuelo
arguyendo que él necesitaba ver a Villa en lo que pasó el «Centauro del
Norte » y les pregunto
-qué pasa por qué tanto
alboroto pregunto Villa
-por qué este guerquillo
quiera hablar con usted mi general, contesto Fierro
-A ver qué es lo que me
quieres decir, se acercó Villa
-pues solamente ponerme a sus
órdenes mi general, somos voluntarios de Jilotepec decididos a dar la vida por
usted, siendo parte de sus dorados.
Villa sonrió y le dijo está bien que te
den entrenamiento militar ve a ver al sargento Manuel Casas y ponte a
sus órdenes y si es de morirse, no te preocupes hijo, hoy ya nos mataste de
risa y se fue-
Villa dejó
una enorme impresión sobre su abuelo, el general de la división del norte
bestia una camisa con dos cananas llenas de balas qué le cruzaban el pecho, sus
pantalones rancheros, y unas enormes botas que le llegaban hasta las rodillas,
usaba bigote tenía una cara dura y todos decían que podía ser el hombre más
bueno cuando le eran fiel, pero que podía ser el hombre más cruel si lo
traicionaban, su tropa le tenía admiración porque era el primero que montado en
su corcel el famoso «siete leguas» se abalanzaba sobre las tropas federales y
era capaz de con su lazo tomar una ametralladora y arrastrarla en el campo de
batalla era por lo tanto no solamente líder era el Guerrero que los conducía a
la lucha y a la victoria. También tenía más fama de macho, y nadie supo cuántas
mujeres tuvo en la campaña, ni cuántos hijos fueron de Villa, si una Adelita
le gustaba simplemente se la llevaba sin preguntar y sin que nadie se atreviera
a detenerlo
Entrada de Francisco Villa y
Emiliano Zapata a la Ciudad de México en 1914
Posteriormente Villa
llegó a la Ciudad de México se dirigió a Xochimilco donde se reunió con Emiliano
Zapata y los dos héroes de la Revolución, decidieron entrar a la Ciudad de
México, más de 30,000 hombres a caballo los jefes, la tropa de norteños y
sombrerudos atrás, existen fotos de este evento histórico. El abuelo de Pedro
le relataba como bajaron por Paseo de la Reforma desde Chapultepec, entre los
vítores de ¡viva Villa¡ de ¡viva Zapata¡ de ¡viva la Revolución¡
mientras que algunos comentaban mira nada más a todos esos descamisados, esos
indios sombrerudos en la ciudad, con la Revolución se ha perdido todo, cómo
añoraban los tiempos de don Porfirio.
El coronel de Jilotepec le
contaba cómo había recorrido todo Palacio Nacional, como para un niño de 14
años vuelto revolucionario le maravillaba lo suntuoso de Palacio Nacional de su
jornada de Jilotepec al centro de México. Y para Pedro del pueblo al sueño.
El Presidente era Venustiano
Carranza, pero al saber que llegarían Zapata y Villa, decidió tomar
el tren hacia Veracruz y dejó de representante al vicepresidente Eulalio
Gutierrez Ortiz, que fue nombrado presidente por la ausencia de Carranza y
que fue el encargado de recibir a los representantes de la convención de
Aguascalientes los Generales Francisco Villa y Emiliano Zapata,
acontecimiento histórico que vivió el coronel y que le contaba a Pedro en esas
noches en el balcón de la casa del rancho en Jilotepec
Francisco Villa sentado en la
silla del Águila con Emiliano Zapata
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