Las Damas del Poder
Evangelina Samáno de López Mateos 1958-1964

El sentido de la memoria, es el lenguaje que acompaña a los escritos, que permiten la materialización de las vivencias o los recuerdos, para restablecer el vínculo con un mundo que se fue. Por ello, voy a proseguir con estos blogs que me resuenan de alguna forma, o por lo menos justifican, la razón por la cual hemos sido rebeldes durante tantos años, indudablemente el haber vivido en la Ciudad de México, enfrente de la Escuela Nacional de Maestros, localizada en la calzada México-Tacuba a una cuadra del Colegio Militar, marcó por el resto de nuestra vida la conducta social y política que nos acompañaría durante toda la vida. Habitamos de forma fortuita en uno de los nodos históricos del México de pasado reciente, cercanos también al Instituto Politécnico Nacional, fueron sitios y fuimos testigos de innumerables represiones durante el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964) quien, con una sonrisa era aplaudido por las multitudes en espectáculos públicos, mientras con la otra, la de Gustavo Díaz Ordaz reprimía, torturaba y asesinaba a los líderes sindicales y de movimientos sociales, que según ellos desestabilizarían el gobierno, es decir el PRI.

El libro del periodista Francisco Cruz, Las damas del poder, es producto de un minucioso estudio, que requiere de una valentía excepcional, de su trabajo tomamos mucha de la información, aporta sin duda, muchos de los datos que nos permiten entender el movimiento social del México de la segunda parte del siglo XX e inicios del siglo XXI y de la “alternancia” dirigida en dos corrientes (o partidos) neoliberales: el PRI y el PAN, que, finalmente terminaron, siendo lo mismo.

Así pues, Evangelina Sámano de López Mateos fue la siguiente primera dama que estudiamos, de la cual tenemos vagos recuerdos, es una memoria juvenil ya que López Mateos fue presidente de 1958 a 1964; es decir, al final de nuestra primaria y los primeros años de la secundaria, que transcurrimos en la primaria Luis Hidalgo Monrroy anexa a la Escuela Nacional de Maestros, por lo tanto, localizada adentro de las instalaciones de la Normal de Maestros, como eran conocidas sus infraestructuras para los vecinos de las colonias Santo Tomas y Anáhuac, sobre la calzada México-Tacuba, las normales han sido siempre núcleos de formación política, particularmente las normales públicas.

Estudiamos el siguiente ciclo escolar en la secundaria Albert Einstein “número 15” que se encontraba enfrente del Colegio Militar, sobre la misma calzada que comunicaba a Tacuba con el centro de la ciudad, una de las vías originales de los Aztecas. Por cierto, estábamos en secundaria, lapso que Adolfo López Mateos nacionalizó la industria eléctrica en México, y nos llevaron a todos los niños y digo críos porque entre ellos me encontraba con 12 años en primero de secundaria, caminando por toda la calzada México Tacuba hasta llegar a la calzada de Melchor Ocampo, en donde estaba la comisión federal de electricidad (CFE) donde se hizo el acto solemne de nacionalización de la industria eléctrica, y fue la única ocasión en mi vida que vi más o menos de cerca a Adolfo López Mateos.

Abro paréntesis de como viví esos días de López Mateos y Doña Eva: Fue por aquellos tiempos que conocí la violencia cruenta, un grupo de jóvenes de limpio pensamiento confundidos en un heroico esfuerzo se pusieron en huelga, los maestros, contra el gobierno, o quizás contra la sinrazón. Si la palabra clave "el amo es el Gobierno", con el velo del tiempo, no recuerdo ni siquiera la razón de la protesta, pero a quién le importa la razón de "esa” inconformidad, nuestros gobernantes han dado tantas pruebas de estupidez y de codicia, que la lista ya es innumerable. Pensar que los necios de "arriba" desde la cómoda silla del gobernante escuchan, va contra la "disciplina", lo que pidan, no es importante, ya lo decían los sabios porfiristas, lo que cuenta es que darles la razón, eso es muestra de debilidad, es reconocer que "estamos mal", y eso nunca. ¡Recuerda son la “autoridad”! La justicia, la razón, el tiempo. Padre mío hoy, te conviertes en gobierno. Y quizás en tu infinita simplicidad realmente creas que me ayudas.

Y se invadió la calle de violencia, mis hermanos, los estudiantes, los adoradores de la burguesía. Si ellos, los liberales, que salían llenos de ideas de la escuela, hermosa academia convertida en fuerte, jóvenes de vida que levantaban sus puños en alto y gritaban maldiciones al Gobierno, tan fácil, tan rico, tan "sabroso" que es mentarle la madre al "gobierno", si esa "mentada" mexicana tan fresca, tan expresiva, tan nuestra, la mejor expresión de cariño de un mexicano, "tiene que ser una mentada de madre".

Lentamente apareció allá en un extremo de la vista, una columna de hombres azules, sin cara sin expresión de un azul muerto, se acercaron en un principio lánguidamente. El contraste era enorme "maldita contradicción que da tanto movimiento", por un lado, un grupo "vivo" palpitante de hombres jóvenes, arengando a sus compañeros, increpándolos, las palabras de fuego, de acción, de cambio. Luego, los cuerpos azules, de hombres muertos, que no expresaban mayor movimiento, que esperaban como una serpiente el cruel momento. La vida y la muerte en la batalla. De pronto, a la voz del "amo", los hombres azules sacaron las armas, rifles, macanas, granadas, "Dios, de los justos", pero si el grupo de hombres "vivos" sólo estaban armados de la verdad y la palabra.    

Desde mi lugar de observación se veían claramente los dos bandos. En dónde están los historiadores de los muertos, donde están los testigos de la historia, los propagandistas de los días de gloria, periodistas infernales, dónde están los apóstoles del derecho.

Y los hombres verdes y los hombres azules, cuántos más, más muertos, se lanzaron a la carga, golpeando cruelmente los pobres cuerpos. Dantesca escena enfrente de mi pensamiento. Es esto real, en verdad existe, ¿por qué apalean a las mujeres, por qué las derriban desde sus corceles, jalandolas del pelo, por qué la sangre de nuestro pueblo, y la "glorias del ejército" es por esto, sí aquel de mis libros de historia, del 16 de septiembre, el de los desfiles, los galantes, es todo esto? Es el mismo que en la escuela me enseñaron que su labor era salvaguardar a la Patria y cuidar de nuestro "pueblo". Las estudiantes de la Normal Superior, que apoyaban a Othón Salazar el hombre de la montaña guerrerense, tenían como uniforme una entallada falda, las vi romperlas para brincar hacia el recinto de su escuela, vi a los “valientes cadetes del Colegio Militar” con la espada desenvainada golpearlas con el canto del arma hasta tirarlas al suelo, que valor se necesita para desde sus inamenos corceles, golpear a mujeres hasta dejarlas en el suelo tintas en sangre, las armas mexicanas se tiñen de gloria. Aquel ejército que fui a ver desfilar cada 16 del mes noveno, que marchaba por las hermosas avenidas. El “heroico “Colegio Militar, Agustín Melgar ¿En dónde quedó tu ejemplo?

Cabe agregar, con anterioridad el relato precedente, que la noticia del 3 de noviembre de 1957 corrió a la velocidad del fuego por los más altos círculos del poder del país. Adolfo López Mateos sería candidato presidencial que sucedería a Ruiz Cortines, “el tapado” del presidente veracruzano de la corbata de moño.

Muchos de estos datos, como hemos comentado, son producto del periodista Francisco Cruz que lo ha publicado enLas damas del poder”, la campaña y los comicios que se realizaría en el primer domingo de Julio de 1958 sería un mero trámite formal simple cuestión de tiempo, el aparato oficial bajo la mano firme de Ruiz Cortines así lo había decidido. Maquinaria del PRI que estaba lista para entronizar al inflexible, pero simpático, bohemio, guapo, bonachón, carismático y divertido secretario del trabajo y previsión social de cuyo origen de nacimientos se tejerían historias interminables y su verdadero principio quedaría envuelto en la penumbra.

Yo recuerdo Adolfo López Mateos asistiendo a las corridas de toros, en donde la gente le aplaudía y él hacía un gesto de torero hacia las tribunas, lo repaso en las funciones de box a las cuales también era muy aficionado particularmente las del “Toluca López” uno de los boxeadores más famosos de la época, o a las carreras de autos dónde dominaban Los hermanos Rodríguez, Pedro y Ricardo.

Con una oposición sin ideas, ni propuestas, López Mateos al cabeza acompañado por su esposa Eva, se lanzó a una carrera desenfrenada por todo el país en actos multitudinarios. Ellos empezaron en Querétaro con un homenaje a la constitución de ahí pasaron a Chetumal Quintana Roo el 7 de diciembre de 1957, hasta llegar a Toluca el 15 de junio de 1958. La pareja triunfal recorrió casi 40,000 km conociendo los problemas y desórdenes del país que gobernaría.

A propósito, la figura menuda y entusiasta de Eva impresionaba e imponía. Pegada a Adolfo recorrió México, aunque había rumores insistentes de que además de dormir en camas separadas, ir cada uno por su lado en cuestiones sentimentales, Eva y Adolfo no hacían vida matrimonial y mantener una relación fría y lejana, pero estaban juntos por el interés y el bien de la nación, en otras palabras, desde su candidatura simularían el matrimonio perfecto, coexistirían en público como la pareja ideal, la buena conciencia de la nación. Ella dedicaría un tiempo a cumplir como esposa, compañera y madre, la primera dama de la Nación.

La frialdad de Adolfo se debía a que, más que la fidelidad y la monogamia, prefería la galantería a las mujeres casadas o no, preferentemente jóvenes, el boxeo, la velocidad de los autos fórmula uno, la parranda, el alcohol, para que todo lo anterior mitigara los dolores de cabeza provocados por los aneurismas diagnosticados desde que empezara la campaña presidencial y que lo paralizaba por días. Al presidente lo acompañaban, el café en grandes cantidades y los paquetes de cigarrillos “Delicados”, que eran su marca favorita. Fumaba hasta cinco cajetillas por día. Se decía en los corredores del poder, que cuando López Mateos gozaba de salud, le gustaba viajar y divertirse. Al despertarse, le preguntaba a Miranda Fonseca, secretario particula, Donato que me toca hoy ¿Viaje o vieja? A lo que frecuentemente le contestaban: Los dos, señor presidente, las quiere juntas o separadas.

Eva Sámano era una pieza más en el tablero de ajedrez de Adolfo López Mateos y en el pequeño grupo de incondicionales que lo acompañaban desde el senado: Gustavo Díaz Ordaz, Alfonso Corona del Rosal y Donato Miranda Fonseca, de Puebla, Hidalgo y Guerrero; respectivamente así lo entendió ella y pragmática, lo aceptó, aunque muy por sus adentros nunca se conformaría con ser “la otra”, pues quería honrar su papel de primera dama.

Doña Eva, estaba empeñada en convertirse en la primera dama que necesitaban los mexicanos y desarrolló un interés particular por los más necesitados. Acompaña al presidente con los conocimientos adquiridos a la larga distancia, se hizo de informes puntuales sobre el reparto de los desayunos escolares, de los cuales gozaba en la primaria, llevó consigo los principios de no humillar a los desheredados con limosnas, de no fomentar mendicidad, así como la necesidad de elaborar un plan social de recuperación y dignidad de las clases más necesitadas. Si fuera por deseos y voluntades, México, sería otro país.

Si López Mateos la amó un día, eso lo guardó para él, porque nunca hizo de lado su vida bohemia, ni la del conquistador, las continuas parrandas que terminaban en bacanales y desenfrenos en el departamento de soltero rentado, con sus amigos ex legisladores Díaz Ordaz y Corona del Rosal al que luego se unió Donato Miranda Fonseca, atestiguaban el desamor y el despego de López Mateos por Eva.

Por añadidura, él dio a Eva el control del absoluto de Los Pinos y las tres residencias del complejo Lázaro Cárdenas, habitada por Miguel Alemán y Ruiz Cortines también del estado mayor presidencial responsable de la custodia y seguridad del presidente y la familia de éste.

Para la mansión de Miguel Alemán, Eva pidió prestados los museos de Bellas Artes a algunos cuadros del de los mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Para levantar el esplendor solicitó además una nueva red telefónica e ideó una forma de comunicarse con la servidumbre, si bien ella nunca habitaría Los Pinos de tiempo completo porque López Mateos había decidido enfrentar en su casa sus repentinos dolores de cabeza y los síntomas asociados a estos: visión doble, pupilas dilatadas, cuello duro, debilidad en un lado de la cara, náuseas y hasta pérdida del conocimiento provocados por el crecimiento anormal de la pared de las arterias, (subrayo, diagnóstico al iniciar la campaña), aquella residencia alemanista, recuperaría de la mano de Eva sus sueños, la magnificencia perdida.

Por lo demás, Eva ocultó que apenas iniciaba su periodo presidencial, que su esposo era incapaz de gobernar por el aneurisma cerebral, enfermedad incurable y mortal que lo aquejaba y mermaba poco a poco su capacidad, y que éste controlaba los dolores recurriendo cada vez más a las bebidas alcohólicas. Ya en la presidencia el poblano Díaz Ordaz secretario de gobernación se encargaba de cubrir aquellas ausencias prolongadas de López Mateos mientras tanto Fonseca Miranda, Corona del Rosal y Eva se encargaban de mantener en movimiento la maquinaria gubernamental, el secreto de la enfermedad jamás salió de ahí. Eva acaparó el manejo de todas las políticas sociales, se hizo casi desde el primer día, la cara más visible y amable del gobierno López mateísta.

Conviene precisar que, con López Mateos había algunas contadas certezas de que, se había iniciado en la política dentro del grupo Toluca, se hizo amistad con el coronel Filiberto Gómez Díaz y con Carlos Riva Palacios, empezó como secretario privado del primero y se casó con Eva hija del político guerrerense Efrén Sámano Montufar.

Lo anterior significa, fue tesorero de Gómez Díaz cuando éste llegó a la gubernatura del estado de México era su amigo compadre y socio en algunas empresas mineras, pero nada de sus orígenes familiares, los fantasmas y las sospechas sobre el nacimiento de López Mateos se prolongarían por más de 7 décadas, eran inciertos su fecha y lugar de nacimiento, así como datos tan básicos como la identidad precisa de su padre.

Cuántos de los secretos de Adolfo conocía Eva y por qué decidió callar, aunque el matrimonio había finalizado desde noviembre de 1957. Fue Eva cómplice de una mentira que se ha prolongado por décadas para mantener intocable la imagen de su esposo, el mujeriego y parrandero don Juan.

Que era Eva Sámano capaz de ocultar los secretos oscuros de López Mateos a la luz de la historia, sí ocultó su enfermedad, su incapacidad física para gobernar y todos los engaños extramatrimoniales, ocultó su matrimonio estaba roto, cuando su esposa estaba bajo reflectores más importantes del país y apenas llegó a la presidencia Adolfo le pidió el divorcio.

Oficialmente, Eva no llegó a gobernar el país, sino a cumplir un papel como lo harían los tres amigos; explico, a Díaz Ordaz le encomendó el manejo de la política interna nombrándolo titular de Gobernación, en las manos de Miranda puso la administración del poder ejecutivo creando para él la poderosa Secretaría de la Presidencia nadie veía al presidente si él no lo autorizaba, era el picaporte y a Corona del Rosal le dio el manejo y adoctrinamiento político a través de la dirigencia nacional del PRI. En suma, en hechos responsable de 6 años de la selección de candidatos a puestos de elección popular.

Vale decir, López Mateos sólo se apropió de una facultad a la que ningún presidente renunciaría hasta Peña Nieto: la selección del tapado y él tenía tres a su manera. Los cuidó, les dio poder por partes iguales y los puso a competir al final, se inclinó por el asesino del 68, Gustavo Díaz Ordaz.

Así y todo, Eva le dio una buena sacudida al país. Era una especie de cenicienta mujer madura, pero cenicienta un acto de magia pura una revelación tal que los mexicanos vieron en ella todas las virtudes de las mujeres de su época y si hubiera podido, los mismos mexicanos la habrían convertido en reina, sin importar si tenía sangre azul o no, aunque en verdad que su abuelo materno era de origen inglés.

Con todo, Eva la maestra de México volteó la cabeza hacia otro lado, en agosto de 1960 el gobierno de su esposo autorizó el uso de al menos 1.500 policías armados con sables, pistolas, macanas y granadas de gases contra miles de maestros que se rebelan contra el sindicato nacional de trabajadores de la educación (SENTE) un gremio al servicio del presidente de la república en turno y dejó un saldo al menos 500 heridos.

Con mujeres de alto poder Eva debió enterarse de que había una cacería para encarcelar al maestro normalista y luchador social Othón Salazar Ramírez, guerrerense como ella, líder magisterial, quien fue obligado a pasar a la clandestinidad y toda la fuerza represiva del estado contra de los maestros, sus dirigentes e incluso en contra de los estudiantes que los apoyaban, padres de familia y familiares que los podían proteger.

De cualquier forma, se hizo de la vista gorda la última semana de marzo de 1959 cuando el gobierno de su esposo hostigó persiguió y reprimió al a los líderes sindicales ferrocarrileros encabezados por el oaxaqueño Demetrio Vallejo Martínez uno de los símbolos de lucha obrera para la reivindicación del sindicalismo independiente.

De tres mil detenidos reportados durante esta etapa, 800 lo fueron por largos períodos y 150 fueron acosados de militar en movimientos desestabilizadores comunistas, por lo menos 500 enfrentaron un juicio penal, el encarcelamiento de Vallejo se dio a través del alegato de delitos imaginarios contra la república sabotaje y disolución social Vallejo fue indomable desde ahí desafío a López Mateos, al secretario de gobernación Díaz Ordaz, ahí se sembró lo que terminaría con la represión y asesinato de cientos de mexicanos en 1968.

Como siguiente punto, rencorosos y vengativos, los dos publicaron desde la presidencia su odio contra el líder oaxaqueño, casi 12 años lo mantuvieron recluido en el palacio negro de Lecumberri, la prisión más inhumana del país, un penal de arquitectura carcelaria panóptica en el que también se vivieron los momentos más insalubres y crueles de la historia mexicana.

La madre nacional guardó un silencio funesto como lo hizo cuando el gobierno de su esposo percibió a los obreros hostigó y sometió a trabajadores de telégrafos y en su lenguaje belicoso transgredió la libertad sindical para castigar a trabajadores de petróleos mexicanos y les impuso como secretario general del sindicato a un personaje que formaría su propia leyenda negra Joaquín Hernández Galicia “la Quina”.

En otro aspecto, Eva sorteó todos los obstáculos del sexenio de su esposo, buscó casi todos porque la increíble relación que tenía como primera dama, con los ciudadanos se rompió la tarde noche del 23 mayo de 1962, en el momento en el que sobrevino la noticia en modo de rumor de secuestro y asesinato, estilo ejecución extrajudicial y crimen de estado del líder campesino luchador social y revolucionario Rubén Jaramillo.

Fueron López Mateos y Díaz Ordaz quienes con mano dura a través de la represión violenta se encargaban de mantener el orden desde la secretaría de gobernación, temían a la semilla rebelde de Jaramillo, el viejo combatiente zapatista se había convertido en un dolor de cabeza superior a los aneurismas que afectaban al presidente y estaban temerosos de que se levantaran de nueva cuenta en armas.

Continuando, el 5 de abril de 1965 Cuatro meses después de terminar su sexenio y cuando en los círculos del poder se conocía su rompimiento separación formal y divorcio de Eva Sámano, Adolfo López Mateos concretó las intenciones secretas que tenía desde que había ganado las elecciones presidenciales de Julio de 1958 se casó por la iglesia con Angelina Sadurní, él tenía 56 años ella 23.

Fue ese un golpe y una afrenta grave para Eva que tendría resonancia de venganza a muy corto plazo y de humillación para la joven Angelina, el 31 de mayo de 1967 cuando el expresidente realizaba una visita a su hija adoptiva Eva Leonor López Sámano, López Mateos sufrió un ataque severo de los aneurismas cerebrales, el cual lo dejó en estado vegetativo y postrado en una de las camas de su antigua residencia en San Jerónimo Lídice en la zona sur de la Ciudad de México.

Dicho esto, indignada por aquella afrenta por el abandono de su marido y después del divorcio, ya expresidente sin poder, aquel ataque que sufrió Adolfo le sirvió para tomar revancha. Eva prohibió cualquier visita y contacto de Angelina Sadurni, Elena y Adolfo, estos dos últimos hijos del nuevo matrimonio, su negativa fue rotunda: nunca más.

A la muerte del exmandatario en el juicio de sucesión de la herencia de López Mateos, en el juzgado de primera instancia de Villa Obregón y en la cuarta sala del tribunal superior de justicia del Distrito Federal, Eva aquella mujer bondadosa llevó en su desquite todavía más lejos hasta sus niveles turbadores y de incredulidad, solicitó como de atención a su papel de primera dama, retirar de todos los documentos judiciales el nombre de Angelina y el de sus dos hijos Elena y Adolfo López Sadurní, así los nombres de los tres no se volvieron a mencionar.

Llegados a este punto, Eva perdió el poder, fue otra una persona inusual despiadada fría, quien acaparó para ella los 6 millones de pesos, herencia del expresidente, luego quebró el alma de Angelina y la de los hijos de ésta y del expresidente.

Una más de las Damas del Poder como las describe Francisco Cruz, la invariable tiniebla fémina de la avaricia, poder sexenal y niebla.

 

  

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