Infphomania la enajenación del siglo XXI

¿Por qué estamos mirando el celular todo el día ?, por qué en las últimas décadas lo digital reemplazó abruptamente al mundo real, si bien podríamos utilizar muchos textos para analizar esta cuestión en esta ocasión hablaremos en particular del libro de “no cosas” de Bjung-Chul-Han, en este libro se hace un análisis de ese mundo no real, que viene siendo cada vez menos real y el mundo digital sobre la adicción al celular sin el cual nos sentimos desnudos, porque estamos incomunicados con miles de cosas que no tienen la menor importancia.

Al entrar a dar una clase lo primero que notamos que todos los alúmnos traen un smartphone, que los distrae de la disertación y que por algúna razón "vibra" el alumno sale disparado de la clase a atender a su "master" de vida el smartphone sin importar o no trascendencia de lo que reciban, es una adicción al celular, su amo es el celular, alrededor de aparato gira su vida, se olvidaron de vivir un mundo real, solo les importa el virtual.

A lo largo de la historia el ser humano se ha vinculado con objetos todo el tiempo, e incluso proyecta en esos objetos creaciones propias y también ideas innovadoras acerca de cómo deberían modificarse esos objetos, en la mayoría de los casos el vínculo que se estableció entre el ser humano y las cosas fue de utilidad, un árboles para el ser humano, sombra, madera, fuego potencial, embarcación para moverse en un río y muy pocas veces ese árbol se tomó como fin en sí mismo, ya que siempre tuvimos la tendencia a utilizar los objetos y vincularnos a través de lo que sirve y lo que no sirve.

Según el libro de Byung Chul-Han, “no cosas”, desde luego habría que agregar el vínculo de los niños con sus juguetes que se pueden mantener por largos períodos, alguna veces toda la vida, esta relación milenaria con los objetos está ingresando en una crisis histórica en los últimos 20 años, nuestra relación con lo digital abre la posibilidad de vincularnos con, “no cosas” ya no es el objeto lo que atrae la atención de utilidad si no un software, un programa, un juego una comunicación que no forma parte del mundo real empírico y concreuto sino de lo digital esto hace decir habla Byung-Chul-Han en su libro no cosas que el orden terreno está siendo sustituido por el orden digital un ejemplo cotidiano es el de la lectura de apuntes para los estudiantes, hace 40 años cuando yo realicé en mi carrera de profesor, recuerdo que tenía que caminar muchas distancias hacia las bibliotecas, las fotocopiadoras, los lugares donde estaban los objetos concretos de lectura, es decir los libros, hoy la mayoría de las carreras se realizan con textos digitalizados, es decir nuestro vínculo con la lectura pasó de una relación íntima con los libros, con los apuntes, con las revistas, a una relación de consumo con un archivo digital esta informatización del mundo hace que nuestra vida se llene de información, no de experiencias con objetos, todo esto con el agravante de que ese objeto llamado celular reclama nuestra permanente atención, para un mundo digital lleno de alternativas que van desde una lectura mínima hasta la posibilidad de realizar un negocio, los objetos concretos, los vínculos humanos concretos, las experiencias por fuera de lo tecnológico pasan a un segundo plano para volcar toda nuestra atención a las redes de streaming o a los smartphones, que condensan dentro de sí mismos infinita información que en otros tiempos se dispersaba por un montón de objetos reales.

Al hablar de cosas de objetos de útiles, es lógico que lo vinculan mencione al filósofo alemán Martin Heidegger cuando nos decía que el Dasesin, (estar ahí) el ser humano consciente de su propio ser, es decir el ser humano siendo estar ahí, tenía un vínculo con las cosas bajo la denominación de lo útil, ese útil para Heidegger era un ser, por ejemplo una manzana es un ser a la mano, una mesa es un ser a la mano, el árbol que te poníamos de ejemplo al comenzar este documental es un ser a la mano, porque el dassin no puede vincularse de otro modo que no sea utilizándolos, en cambio se pregunta Byung-Chul-Han un smartphone un celular es un útil es un ser a la mano, la respuesta es que no, porque este objeto que condensa muchísimos otros mundos no tiene el sentido de utilidad directa, que tenían los objetos anteriores, ya no hay una facticidad de lo que tenga el celular dentro suyo, sino un infinito mundo de consumo de información, que termina absorbiendo al ser humano este homo laborans del cual hablaba Bjung-Chul-Han en la sociedad del cansancio dejó de ser el homo ludens que jugaba, que se relacionaba con los objetos.

De niño mi madre me llevo al mercado, donde una mujer vendía los muñecos de Walt Disney, siendo pequeño le pedí que me regalara uno, por mi persistencia, me dijo, está bien toma uno y tome a Pedro el Malo, ella me dijo quien era y agrego tal para cual. La cosa Pedro el Malo lo conservo, tiene ya más de 70 años, pero para mi dejo de ser una cosa y se transformó en un ser, parte esencial de mi vida..

Desafortunadamente en estos últimos 15 años nos volvimos manualmente inactivos porque cada vez hay menos cosas que hagamos con las manos y cada vez utilizamos más los dedos para acceder a la información un ejemplo muy interesante podría ser el de nuestro vínculo con la música en la actualidad si hoy quieres escuchar una canción es muy probable que vayas a una plataforma digital reproduzcas la canción que estás buscando, en otros tiempos puntualmente pienso hace 20 años para poder escuchar una canción necesitabas comprar un objeto que traía esa canción, te dirigías a una casa de venta de discos, te vendían un compact disc, con 12 canciones, 10 canciones o como muchos 20 canciones y tu relación artística con la canción estaba mediada por un objeto llamado el compact disc tenías un vínculo manual con el hecho artístico de escuchar música te relacionabas con un librito de letras coleccionabas la cajas de cd e incluso podrías prestar el objeto y otras personas podían prestarte sus discos a ti, hoy no se tiene ningún tipo de vínculo manual con el hecho artístico de la música es simplemente un dedo que hace doble click, se habla de reproducciones, se habla de pistas, y nuestro acceso a la biblioteca mundial de la música no se da a través de compactos sino de un dedo omnipotente que puede elegir la canción que quiera en el momento que quiera.

En el libro no cosas Chul-Han hace una especie de historia del teléfono y nos dice algo más que interesante en sus comiensos el teléfono siempre se planteó como un destino es decir un objeto de la casa que emitía un sonido y hacia el cual uno se dirigía para pasar algunos minutos del día, la creación de los celulares de los teléfonos analógicos con portabilidad cambió ese teléfono que originalmente fue un destino para transformarse en objeto, la digitalización de esta portabilidad es el smartphone es decir un objeto que ya no es objeto en el sentido etimológico del término recordemos que objeto viene de objetum, lo arrojado fuera del sujeto, el smartphone no es objectum sino parte fundamental del cuerpo de la persona, la prueba más clara de esto es que la mayoría de nosotros siente terror si sale de su casa sin este célular que ya no es objectum sino parte de nosotros, si tenemos una sociedad concentrada en un objeto que ya no es objeto, sino parte de nosotros y las sensaciones que nos brinda ese smartphone son de gratificación espontánea de apertura a un mundo infinito y de información por descubrir a cada instante es lógico que se vaya perdiendo la mirada entre seres humanos que en el smartphone trajo consigo la ausencia de la mirada.

A principios de los 90 si asistieras a un bar es muy probable que hayas visto un montón de personas que estaban dialogando entre ellas o leyendo el periódico, incluso era muy habitual ver en un restaurante o en un bar personas que estaban mirando la nada en esa mirada había un reencuentro del sujeto consigo mismo, hoy si asistimos a un restaurant o a un bar es muy probable que veamos otro espectáculo humano un montón de personas documentando ese momento y a la vez consultando en su celular las notificaciones y demás informaciones que le van llegar, esto ocurre porque el mundo es decir el plexo de referencialidad del ser humano deja de ser mundo y se convierte en imágenes ya no importa la cena que estoy comiendo, sino documentar esa cena para mostrarla a personas que tampoco están tan interesados en esa documentación.

Si vas a un concierto, ya no estoy mirando el recital de la banda de rock que a mí me gusta si no filmando ese recital, quieres tener la experiencia humana de escuchar su música verlos de cerca y la mayoría de las personas tiene su mano levantada filmando absolutamente todo el recital ya parecería que el ser humano no puede observar una experiencia sublime sin filtrarla por el smartphone y por la documentación digital de lo que está ocurriendo el problema de documentar todas las experiencias con un smartphone es que ese retorna a ese concepto que vio en el bar, trabaja en la sociedad de la transparencia lo hizo lo transparente la comida pierde su densidad se vuelve una foto el recital pierde la calidad de su sonido y de su experiencia se vuelve un video.

Un paisaje pierde su aroma se transforma en una historia de Instagram ya no tenemos un vínculo con las cosas sino con la transparencia y con lo liso de la documentación digital esto lleva a Chul-Han a decir una frase impactante en la religión neoliberal el Rosario es el smartphone, el capitalismo hacer el smartphone el terreno a labrar el sistema feudal de Facebook de Instagram de YouTube poseen un montón de empleados digitales que son esos usuarios que gustosamente brindan información a una gigantesca red mundial de información y de documentación este peluche digital llamado celular nos brinda la gran invención digital de estos últimos tiempos que es la selfie en una interesante comparación han distingue en la foto analógica que conocimos hace 20 años de la ciencia actual en la foto analógica el proceso era el siguiente encontrabas una situación que podía ser documentada sacabas esa foto la cámara tenía un rollo interno que tenía que ser que tenía que ser revelado en una empresa dedicada a esto y se te devolvía la experiencia documentada en un cartón que era la foto tu vínculo con el recuerdo, era un vínculo con un objeto con el paso del tiempo si una persona fallecía tener fotos de esa persona eran algo casi sagrado porque en esos objetos uno podía acariciar el recuerdo teníamos un vínculo humano con el recuerdo proyectado en un objeto en una cosa que está por fuera de nosotros llamada fotografía que nos recordaba algo de nuestro pasado y de nuestros seres queridos, esa foto analógica estaba vinculada al tiempo y al deterioro porque también iban sufriendo pequeños cambios como objeto, en cambio las fotos digital es siempre transparente nunca sufre el paso del tiempo deja de ser lo que en griego se llama fotos, la luz para transformarse en datos la foto analógica iluminaba porque precisamente la foto es luz es una colección de información que estará siempre lisa y transparente o sea que no es un objeto sino una mera colección entre un montón de fotografías digitales, la foto analógica era una experiencia nos interpelaba la mirada de nuestros seres queridos en esa foto nos hablaba en cambio la selfie decimos es simplemente una mercancía que grita, es decir contamos a través de la selfie aquí estoy yo comiendo esta comida aquí estoy yo bailando en este local aquí estoy yo en este recital es pura mercancía que sepulta la historia de la persona que sepulta la historia de la persona para contar una experiencia para el olvido.

La homofilia o adicción al celular está dentro de las nuevas patologías que sufre el sujeto de rendimiento en el siglo XXI todos estamos esperando una notificación, todos necesitamos estar dentro de una red global de información y no pertenecer a ella es quedar completamente excluidos, por eso nadie podría levantar el dedo y decir yo no tengo ningún tipo de necesidad de un celular, porque el celular es la puerta hacia lo digital y lo digital es la matriz de la sociedad de rendimiento actual tal vez una de las posibles soluciones no sea la renuncia absoluta al uso del celular sino vincularnos de otro modo con la información que este nos brinda si uno de los grandes focos de adicción está concentrado en las notificaciones lo mejor es no tenerlas si sabemos que perderemos el tiempo por estar mirando cosas probablemente sin sentido lo mejor es relacionarnos con el no acostumbrarnos a vincularnos con el smartphone siempre en un plano de la necesidad y no por buscar llenar el vacío del tiempo una de las grandes claves por las cuales el sujeto actual es tan adicto al celular es que no soporta el tiempo de ocio sin hacer algo, que tenga que ver con la consulta si volviéramos a estar en el vacío del tiempo en la concentración en nosotros mismos podríamos vincularnos con este nuevo objeto de un mejor modo las consecuencias de no tomar conciencia de esto van desde la procrastinación más peligrosa hasta el abandono del mundo real es necesario recuperar nuestra vinculación con la nada con el ocio y con el enfoque y la concentración es necesario decir que si una persona recupera estos valores que se están perdiendo probablemente esté en ventaja con respecto a otras personas ya que el mundo entero tiende hacia la desconcentración hacia la pérdida del enfoque hacia la adicción y hacia la postergación de actividades en pos de divertirme con el mundo digital, en otras palabras no puede el mundo digital arruinarte tu mundo real, no puede una consulta de historias ser más importante que un café con un amigo, no puede la documentación de un recital ganarle a tu experiencia artística con la música que te gusta, es necesario recuperar aquella relación original que teníamos con los objetos y aplicarla al celular vos el ser humano, que controla ese objeto llamado celular.

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