Testamento de Pedro El Malo

Quiero guarda el dolor, es una herida que no se ha sabido cicatrizar, que no se quiere sanar, que no se puede olvidar, que se mantendrá viva mientras este corazón lata palpitando al ritmo cadencioso del amor, en los caminos sinuosos de la rebeldía, acompañada íntimamente de la sonrisa de la felicidad disfrutada, en la memoria de la razón, en la intimidad que esboza sonrisa plena, al cerrar los ojos abriendo el horizonte a el milagro del Mundo pleno, a la sonrisa, bella, tierna, de tu piel morena, acurrucada, dulce, reposando su rostro sobre mi pecho, con la tranquilidad eterna del mirar cansado, suave, ligera, etérea, divina, mujer. 

Todos los días cuando me levanto para acariciarte con la palabra, con ese suspiro emanado de mi mano, con la fuerza del aroma de la rosa del jardín de mi poesía, buscando en forma lánguida expresarte mi confesión de haber caminado, dar algo para compartir el inmenso gozo de respirar, de haber vivido, de ser intenso como el fuego, fresco como el agua, de ser un adorador eterno de ti, Tierra de hombres, seres profanadores de tu vientre virgen. 

De ser cretino, bohemio, barroco y poeta, de ser caricia de verbo, secuela de piel, locura de otoño, inteligencia de invierno, ingenio de primavera, lujuria de verano. Se hace la letra de Dentro a Afuera, de Esclavo a Diosa, de Día a Noche, de Singular a Plural. 

Esto se escribe en honor al planeta llamado Tierra, casa de todos, responsabilidad de esta especie rara, destructora, a veces creativa, hermosa a la que pertenecemos como carne de hombre, como gemido de Lobo, por destino manifiesto, con razón o sin ella.

Quiero levantar mi copa de viento, quiero brindar con vaso pleno de vino tinto, rojo de la sangre de los viejos vientos de Bordeaux. Oda a nuestro planeta, ese espacio hermoso que los hombres llamamos Era, Tonatzin, Kali, Mundo, la Tierra de la que partimos, a la cual regresaremos a rendirle el tributo del cuerpo inerte.

 Por el placer de haber sido, por la realidad de ser, confesar con la frente en alto que se han vivido con gesto adusto los blancos días de invierno, con ternura los amarillos de primavera, con encono los verdes de verano, con ilusión los azules del otoño. No teniendo en el recuento de la vida que enumerar los días terráqueos, mediante la suma de una masa de cosas, de valor de dinero, de realidad de nada.

En el poseer se desarrolla un discurso vacío que repite en eco hueco, simplemente los tesoros guardados, para tristemente con la testa enjuta, relatar con pena todo lo que se ha comprado, lo que se ha robado, lo que nos ha vestido de oro, lo que nos ha desnudado de hombre. Dicotomía lacerante para recordar sobre el papel con la tinta que emana de las venas de mi ser una serie de experiencias, vistas, vividas, imaginadas, sentidas, inventadas, soñadas, esperando no hacerlo torpemente con la pluma de aquel que solo acumulo riquezas.

Sentarme al alba, a ver los caminos, musitar con una sonrisa, memorias, suspiros, que han dejado sabor de miel, para no reposar fatuo en el ocaso de la jornada a vociferar lo poseído, con los labios llenos del sabor del vino amargo, por poder decir he sido tuyo, gritar con elocuencia que no he comprado tu amor, ni tu caricia, por saber que no has tenido que pagar el precio de dar tu cuerpo sin ser mía, para saber que tu espíritu, ese que no se adquiere, suavemente, vehementemente, lánguidamente, tiernamente, quiso en un soplo de vida, caminar maravillosas jornadas conmigo. 

Por qué mujer hermosa, caricia divina, sin haber dado todo por amor, no habrás entregado jamás el alma, has sido en cuerpo oferta de día, pero en realidad, entrega, de nadie, te conservaste virgen de todos, porque la caricia adquirida no toca más que superficial la piel, no penetra en tu ser, diva etérea, solo vibras bajo el sol cuando abres tu esencia,  cuando se da todo sin esperar nada, cuando el cuerpo solo significa la puerta del deseo sublime de hacer de dos entes, un solo espíritu, de dos seres vagabundos uno.

Encuentro en mi lánguido suspiro una tierna pausa, en ella quiero reunir fuerzas, quitarme las sandalias para acariciarte, amor sublime, planeta Tierra, hermosa Era, tus largos senderos de vida, refrescarme del agua vertida por tu vientre. Por las delicias de la infinita experiencia de haberte pisado con humildad tantos países, de muchos lugares. Por haber andado desde los Himalayas, a los Andes, de las Pirámides de Egipto a la muralla china.                                                                                

De las Rocallosas a los Pirineos, por el suspiro de una copa de vino tinto en Montpellier, una de vino blanco en Colonia, por haber visitado la Catedral de San Pablo en Londres, la de San Issac en “Leningrado” allá en la lejanía hoy San Petersburgo, la “Venecia del Norte” o como la llamen a final del siglo, esta hermosa ciudad del “Aurora”, en la nueva geografía de moda, mutilada por la estupidez de Yeltsin, lugar histórico de canales sobre el río Nevá, San Petersburgo para los zaristas en honor a Pedro el Grande, Leningrado para los soviéticos en homenaje a Vladimir Ilich (Lenin) el inmortal genio de la organización proletaria, hoy en el crepúsculo del siglo desprestigiado, según los portavoces del neoliberalismo “pasajero” , que en las primeras decenas del siglo XXI se desquebraja, organizando guerras y sanciones en su lecho de muerte, de villanos, la izquierda sangrienta de Stalin, la derecha del “diablo”.

Por haber en algunos días admirado la catedral de San Pedro en el Vaticano Romano, casa de los tiranos dueños de la religión robada. Soberano del crepúsculo del siglo, escribo una pequeña oda al Papa del último cuarto de siglo. Papa de Papas, equivocación histórica, Juan Pablo II, triste hombre de blanca sotana, nació tarde tu desgarbada figura, te equivocaste de siglo, con tu pasado vivo, regresaste a la humanidad a la edad de “la fe”, pretendiste que el mundo sea plano e inmóvil, olvidaste el juicio de Galileo, genio renacentista de la ciencia, cuando murmuraba en su arrepentimiento, afirmando sonoro en público, en viva voz, de la inmovilidad de la Tierra, de sus torpes experimentos equivocados, de su incapacidad, la frescura regreso con el Papa Francisco.

Quiero de Voltiere (galicismo para denominar el golpe de aire), hombre de palabras, genio de la Ilustración, manejar una de sus armas, la  infalible, de la cual según el inmortal pensador francés es casi imposible defenderse “El humor”, para con la antiquísima crisantema de la ironía, acompañada de la mano de la sátira socratiana, recordar que “La discordia es la gran peste del genero humano, mientras que la tolerancia suele ser su único remedio”. 

Recordar de los verdaderos héroes del nuevo siglo, que la diferencia es lo que permite el cambio, por tantos lustros pretendimos ser iguales, cuando lo hermoso es ser diferentes, el capitalismo nos iguala, nuestro instinto nos diferencia, vive la différence, para ello la palabra clave es tolerancia.

Cuanta envidia genera el éxito, en los términos de los mortales, lo único que el Hombre no tolera es que a un congénere, “le vaya bien”, así descrito vagamente en adjetivo. Habrá que destruirlo, cualquier trabajo útil que no haya sido propuesto por los señores feudales del kafkiano mundo deintelectuales unido, sorprendentemente parecido a todos los rubros universitarios nacionales. La consigna suprema de los profesionales mexicanos parece ser “No hacer nada”, dejar como legajo solo soberbia, se debe perseguir, cancelar, destruir, matar a aquellos osados que se atrevan a desafiar las premisas. Asesores de Posgrados, Directores de Veterinaria o Facultades aledañas, Consejos Medievales del Saber, disfrazados de Consejos Técnicos populistas, democráticos, empleadores de miles de estrategias para dominar las comunidades enanas de trabajadores intelectuales, proletariados académicos cobardemente inmóviles.

Articularía el Quijote cervantino, pasáis dueños del saber, cientos de horas destruyendo, dilapidando, desgastando, con algunos minutos de vuestras breves vidas dedicados a la creación, millares de megacalorías hablando mal de todos, unas cuantas en reconocer el trabajo, todo verlo a través de ustedes, académicos de las mafias hermanas, que solo se les permite la entrada a los que vosotros mismos proponéis. Han legislado vuestros órganos colegiados de tal forma que solamente vosotros mismos os escucháis. Han hecho nada ante los ojos de la sociedad hambrienta, cuanta estupidez veterinaria, formadores de sectas cerradas, obscuras, tardías, cabildadoras, mentirosas. Sectas que como se parecen al Kluk Kus Kan para quemar a los que nos son como ustedes.

Cuanta habilidad para destruir, cuantas regulaciones absurdas son capaces de firmar.  En pleno fin de milenio se mantienen aun escribiendo cartas medievales prohibiendo la participación de sus esclavos en el pensamiento. Escriben los grandes concejales, prohibimos que pienses fuera de esta institución regida por nosotros, los sabios incuestionables de la santa inquisición académica, te compramos con el salario el alma, al dar tu contrato de tiempo completo, te condenamos a no poder pensar fuera de los recintos sagrados dominados por nosotros, no podrás participar en la formación de nadie que no autoricemos, aunque sean necesarios para la Patria, no importa que acumulemos en esta ciudad de muerte todos los caminos copados, no importa que inmovilicemos todo en servicio de la ciudad centro de todo, solo son válidos la UNAM, el CINVESAT, El Colegio de Posgraduados, o las instituciones extranjeras, todo fuera de nosotros no valemos, quizás para algún fin de semana te permitamos trabajar en Querétaro o Cuernavaca, pero no más, no te atrevas a salirte de circulo de los que sabemos todo. Solo para nosotros, es la Inquisición del siglo XX. Directores, secretarios, espurios, que son capaces de prohibir, incapaces de crear, tienen siempre el argumento del desprestigio del corredor para en forma perseverante, malévola, destruir todo, sin haber hecho nada. 

El error y la ignorancia son en la opinión de la sinrazón de la que escribe estas letras, los azotes de los males de la humanidad, siendo la superstición la más funesta, no lo sabrán hombres cobardemente religiosos, animales desnudos poseídos por el miedo, porque nos corrompe todas las fuentes de razón. El fanatismo religioso que los alienta empuja a los hombres a matar sin remordimientos, “Dicen que su Dios le dió permiso a todos los palestinos.

Caminar por tu hermosa filosofía, Era de sueño, la que escribieron los hombres adelantados de época, enamorados de ti. “No hay demonios, ni pecados originales, el mal y la corrupción los produce la sociedad de hombres” aportaba Jean-Jaques Rousseau, en la creación de los Derechos del Hombre. Abrevarme de David Hume en su resumen “El hombre no puede nunca aprender las causas, sino sólo los efectos de los fenómenos, lo que se cree es la causalidad, que es sólo es el resultado de un hábito mental, todas las religiones por lo tanto son fruto del instinto humano, nacen de los temores y esperanzas del hombre”. 

Por haber tenido el placer de haber visitado la Mezquita Azul en Estambul, la Gran Muralla de Bejing, el Puente Dorado de San Francisco, la Acrópolis Ateniense. Por haber transitado suavemente una tarde de la mano de una doncella por los Campos Elíseos de París, la casa de Beethoven en Bonn, la plaza de San Marcos en Venecia, el Palacio de Salzburgo en las montañas de Mozart, ciudades, pueblos, destinos, cada una como las mujeres intrigantes en su ser, melosas en su hacer....Marruecos, Berlín, Estocolmo, Helsinki, Varsovia, Praga, Budapest, Viena, Hamburgo, Bruselas, Barcelona, Pizza, Montreux, Múnich, Dover, Cornell, Teoloyucan, Vancouver, Toronto, Calcuta, Nueva Delhi, Taipei, Denver, Córdoba, Santiago de Chile, Sao Paulo, Matanzas, San Juan, Santo Domingo, Mazamitla, Veracruz, Tegucigalpa, Morelia, San José, Panamá, El Salvador, Lima, Cuzco, La Haya, Copenhague, Ámsterdam, Lisboa, Teherán, Colonia, Tamazula. Lugares marcados por un recuerdo la ciudad museo Florencia, la ciudad caricia San Juan del Río, la ciudad fluvial caudal Manaos, la ciudad mar Varadero, la ciudad montaña Grenoble, la ciudad violencia Jerusalén, la ciudad frío Montreal, la ciudad río El Cairo, la ciudad maíz Toluca, la ciudad colonial Guanajuato, las ciudades droga, crimen, muerte, Nueva York, Los Ángeles, Miami, la ciudad mujer Río de Janeiro, la ciudad austera Londres, la ciudad póster París, la ciudad tablado Madrid, la ciudad augusta, Roma, la ciudad cultura Atenas, la ciudad maravilla Bagdad, la ciudad sin lugar Hong Kong, la ciudad llena Pekín, la ciudad revolución La Habana, la ciudad triste Puerto Príncipe, la ciudad india Guatemala, la ciudad cerveza Múnich, la ciudad “bife” Buenos Aires, la ciudad odio Berlín, la ciudad promesa San Cristóbal de las Casas, la ciudad azul de mar sin playa Niza, la ciudad de la latinidad mora, Sevilla, la ciudad ilusión de niño Acapulco, la ciudad realidad de hombre Cómala, la ciudad de todos y de nadie México, la ciudad de los 7 edificios más feos del mundo Moscú, la ciudad del aburrimiento Estocolmo, la ciudad del juego Mónaco, la ciudad absolutismo Versalles, la ciudad sueño de riqueza Cancun, la ciudad de Dios. , ninguna !!!,.... él no tiene metrópolis, su pudor lo mantiene fuera de esas hecatombes inventadas por los hombres, vive ermitaño en las montañas, cubierto de Zaratuztra, como lo imagina Nietzsche o como lo describe Enrique Jardiel Poncela, confundido entre todos con su sombrero de hongo, tomando su café en los portales de Madrid.  Preguntaban a Dios en la plaza de toros los diferentes ideólogos, los Socialistas de Izquierda, los Demócratas del Centro, los Monárquicos de la Derecha y los Despistados sin lugar en la geometría política, después de que Dios diera su largo discurso a los habitantes de la Tierra, incluido el Papa que después de la llegada de Dios había pasado a segundo plano, dedicándose a leer las obras completas de Julio Verne.  -¿Cuál era el sistema perfecto de Gobierno?, volteo con una sonrisa irónica contestando. - El único sistema que admito es la Dictadura Total Eterna. Honrarás a Dios sobre todas las cosas, es el que propago, es el que tolero, es el omnipotentemente admisible para mí, es el absoluto, el supremo. Seré para siempre soberano de todos, estén o no de acuerdo, su voluntad no importa, lean las Santas Escrituras. Se pueden imaginar el nombramiento de mi representante en la Tierra, que quiero aclarar que lo nombré yo y no el susodicho San Pedro que no sabía ni escribir, como se imaginan que delegaría semejante función a mi secretario si soy intolerable, (esto es un breviario cultural de Dios mismo), El Papa en forma democrática votando todos los católicos del mundo, no jamás, él (me refiero al Papa, no a San Pedro u otros cabildadores celestiales) tendrá el poder absoluto que le di, por el tiempo que me de la Divina gana, para nombrar a los Cardenales que a su vez decidirán quién lo sustituye, es un sistema perfecto, es la

Dictadura incuestionable, tan bueno que lo han repetido todas las Academias de la Ciencia del planeta y muchos de los Congresos Democráticos. Ese es el sistema que promuevo por lo menos en el uso de la razón que yo (de nuevo este yo es de Dios, el supremo creador, el mero mero, el super chipocludo, el de los milagros) les concedí. Como no voy a enojarme que sea más popular la Virgen María, que quien Demonios, con perdón de Satanás que por cierto es mi hijo preferido, descrito magníficamente por Giovanni Pappini en el Diablo, os dijo que era Virgen. En los últimos 2,000 años, no teniendo ni la menor duda, lo promuevo, no habrá otra religión mas que la mía, no hay mas Dios que yo, recuerden que lo primero que le dicté a Moisés (que por cierto representó muy bien Charles Heston, mucho mejor me permitiría opinar como testigo de ambos, que el propio Moisés en el monte Sinaí) fue “Amarás a Dios (yo) sobre todas las cosas”, leer, releer, suspirar y admirar el sarcasmo incomparable de

Enrique Jardiel Poncela en el Discurso que pronuncia Dios a los

Flaquea la memoria, se me olvidan tantos lugares, pero a todos ellos, a esos maravillosos sitios de millones de hermosas gentes, en Africa desde él limite del desierto del Sahara en el Tombouctou de Mali, a la sabana maravillosa de animales de cuento en el Kilmanjaro de Tanzanía, en América desde Mitla en la hermosa Oaxaca, recordando el santuario del equinoccio en el Chichen-Itza de Yucatán. 

Por haber cruzado los inmensos cuerpos de agua en el mar Egeo, el  salado Muerto, el profundo Indico, el azul Pacífico, el transitado Atlántico, por las Cataratas del Niágara, o las de Iguazu, es tan diverso el mundo, la Era, la Tierra, Tonatzin, nuestro hogar, contrastar en nuestras vidas los desiertos de muerte en El Altar o Arica, con las exuberancia de sus selvas en Chiapas o el Amazonas. Sus frágiles reservas de agua del hermoso Lago Victoria en Tanzanía o Kenya, origen del silencioso Nilo del Egipto de faraones legendarios, la laguna de Xalajú en Guatemala, donde manda con la mirada vaga el que }“habla lengua” explotado por siglos por el “ladino”. Mundo lindo, en términos del español “cantadito” de los mexicanos, de espacios abiertos, eternos de nieve de las planicies del Canadá, del congelamiento del Río San Lorenzo en Quebec, mi cabeza se marea de lugares, hemos transitado tanto por los caminos de la vida en los brazos del amor...El Danubio que nunca ha sido azul, mas que en los ojos enamorados de los poetas eslavos en Varsovia, Praga, Budapest, o Viena, El Missisispi que acarrea mas agua que todos los ríos mexicanos, acumulando su herencia africana en sus ciudades ribereñas, plenas de discriminación con odio que se nutre de miles de reuniones cerradas del Klu-Kus-Klan, del racismo que mata al hombre, siendo el fantasma que vaga por la vieja Europa. El Grijalba de Villahermosa la tierra de la Malinche, los horizontes sin límite de las praderas de mi Chihuahua, la majestuosidad del Volcán que me dio casa en ese Colima, que es de todos paraíso, por todo lo visto, para todo lo amado, para estos cansados pies que lo mismo pisaron nieve, que arena, que río, que montaña.

Por que el hombre suele ir tan lejos como lo lleve su espíritu, su ilusión, su duda, por ir allá donde da "guelta” el “aigre” donde el tigre “pinta su raya”, donde el hombre es mas hombre,  menos macho, donde la mujer es río, ternura, caricia, fuerza, distancia, destino, mirada, madre, compañera, amante, guía, latido, dolor, parto, ternura, poema, labio.....para buscar el agua refrescante del Río de la Plata del Buenos Aires lejano, donde se moja el alma, se sacia la sed y no se obtiene plata, solo las olas soñolientas que llevan a galope a Colonia, puerto uruguayo que permite remontarnos a la pampa ondulada de verdor de esmeralda, para descansar en ese Montevideo orgulloso, donde se encuentra la matriz de su soberbia, donde los paren a todos iguales, llenos de ellos, vacíos de todos. No sé por ellos los lugares,  para ellos, la gente, doy una largo trago de amor, de caminos, de suelos, de esperanzas, para ellos dedico esta segunda parte de una locura de amor.

Finalmente como dijo Pablo Neruda confieso que he vivido y que la final me ire pronto con una sonrisa en los labios del sabor de vida en musca de la querida muerte

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